El objetivo este escrito no es hacer un análisis profundo de cómo se está viviendo en nuestras escuelas la cultura de la diversidad, sino una buena explicación de lo que yo entiendo por una educación en y para la diversidad cognitiva, étnica, cultural,...; intentando superar el mal entendido que existe en el pensamiento de los profesionales, al considerar el programa de integración escolar como una reforma de la educación especial y no de la educación general.
Se me ocurre que un modo de empezar este escrito sea recordando cómo los objetivos tradicionales en la Educación de las personas con necesidades educativas específicas, que a menudo se orientaban a lograr unos comportamientos sociales controlados, han cambiado. Hoy se pretende que estas personas adquieran la cultura suficiente como para que puedan guiar su propia vida. Se ha pasado de un modelo asistencial y dependiente a un modelo competencial y autónomo.
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