la larga experiencia ya existente en la utilización del cine como instrumento de investigación antropológica, colaboran ahora las nuevas tecnologías audiovisuales con renovado ímpetu.
Las producciones audiovisuales oscilan entre dos directrices opuestas: el realismo o reflejo de parte de la vida humana, especialmente en su faceta de las relaciones sociales; y la fantasía, tanto en su componente temática (acciones y personajes inverosímiles) como en la formal (superación de las leyes físicas y dominio de la materia por la imaginación).
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