Este número de Razón y Palabra particularmente me produce emociones extrañas y contradictorias.
Por un lado, experimento la enorme alegría de poder presenciar y de ser, de alguna forma, un cómplice más del décimo número de Razón y Palabra, nuestra revista electrónica, la cual, si algún mérito admite, es el de procurar siempre la incorporación de nuevas voces, impregnadas de renovadoras búsquedas que cuestionan la simplicidad de cada una de nuestras certidumbres
|