Los amplios cambios en curso en las telecomunicaciones de los países industrializados modifican seriamente sus estructuras, sus actuaciones, sus tarifas y financiación. La Europa comunitaria tiene dificultades para unificar esfuerzos en un mercado tan fragmentado.
Después de un siglo de desarrollo dirigido y equilibrado, el sector de las telecomunicaciones ha entrado, desde hace algún tiempo, en un mar agitado que sacude tanto sus instituciones como sus industrias.
En los tres mayores polos mundiales de la economía de mercado, Europa, Japón y Norteamérica, las telecomunicaciones se encuentran hoy en una fase de profunda transformación que pone en tela de juicio tanto el régimen monopolista en el que estaban organizadas casi en todos los lugares, como la repartición de los mercados.
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