En 1960, el número de brasileños con edad entre los 10 y 19 años alcanzó cerca de¡ 20% de la población (14.3 millones de jóvenes). Para los "estrategas en necesidades técnicos en publicidad, marketing, etc.) de la época, ese promedio poblacional que representaba el mercado juvenil
debería ganar una importancia creciente en los años siguientes, dado que el contingente de brasileños con edad inferior era aún más
voluminoso, alrededor de 19 millones. Tanto la incorporación ampliada de jóvenes a la forma nacional de trabajo (lo que aumentaba su poder
adquisitivo) como su ascensión dentro del cuadro familiar (lo que aumentaba su capacidad de influencia en las decisiones de consumo) eran
factores capaces de ampliar el peso económico del joven como consumidor. Investigaciones del Instituto Brasileño de Marketing atestaban la
"madurez del adolescente para el consumo", preparaban el terreno para conseguir su fidelidad a marcas o a organizaciones comerciales,
buscaban actitudes y ritos compatibles con la nueva sociedad de consumo.
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