A medida que los procesos cognitivos van adquiriendo mayor grado de complejidad, el aprendizaje va cobrando una mayor abstracción. Esto ocurre también en el lenguaje que, en los primeros años es fundamentalmente un hecho expresivo y comunicativo; poco a poco comenzamos una reflexión sobre la lengua que parte en principio de los propios textos del alumno, pero que nos lleva a abordar otros textos comunicativos a medida que los procesos madurativos se hacen más complejos.
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