Este artículo analiza dos estudios que prueban la tesis de que la educación de los desfavorecidos sociales en la edad temprana -3 y 4 años- merece la pena a corto y largo plazo. Para ello se analizan dos estudios preescolares complementarios –Perry y Curriculum -, de la Fundación High/Scope en los 60, evaluados en diversos momentos intermedios, el primero hasta alcanzar los 40 años y el segundo 23. Se describen los estudios y programas educativos, se analizan cuestiones metodológicas ligadas al seguimiento (muestra, validez, variables), se muestran los hallazgos, los tempranos específicamente escolares y otros de naturaleza distinta en la edad adulta. Finalmente se discute la modificabilidad de la inteligencia, transferencia de aprendizajes y el coste-beneficio del programa.
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