Esta situación reclama un replanteamiento en las competencias que se pide a los alumnos. Recopilar información, establecer análisis eruditos, realizar investigaciones de campo para verificar, reafirmar o incluso refutar las conclusiones de estudios previos son labores fácilmente “prefabricables”. Es el momento apropiado para ensayar alternativas imaginativas que incentiven la creatividad. Poseemos los instrumentos para hacerlo.
Internet es una formidable herramienta de investigación y de profundización del conocimiento, pero, como vimos, es también una enorme red de grasoso “fast-study”. Es nuestra responsabilidad contribuir a que este indigesto y peligroso “saber enlatado” desaparezca del menú de nuestros estudiantes.
|