Las universidades en general, y las de enseñanza a distancia, en particular, se encuentran inmersas en un proceso de clarificación y debate ante los complejos y múltiples interrogantes que nos depara el nuevo siglo. Se trata de viejos y nuevos problemas que, sin solución de continuidad, están poniendo en cuestión la identidad misma de las instituciones universitarias, los roles que tradicionalmente han venido asumiendo y los quehaceres que han desempeñado hasta ahora. De alguna manera, la pregunta inevitable que subsume todas esas inquietudes es si las universidades y las enseñanzas que imparten son pertinentes con la dinámica social y el desarrollo científico y tecnológico de hoy.
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