EL CURRÍCULUM INTEGRADO
Y LAS
TRANSFORMACIONES EN LAS POLÍTICAS
DEL
CONOCIMIENTO Y LA IDENTIDAD
Montse Rifá Valls*
En este artículo se presenta una propuesta de interpretación de las decisiones sobre el currículum escolar con la finalidad de contrastar las dimensiones organizativas, epistemológicas e identitarias que desencadena un currículum de integración frente a las que produce un currículum de colección, desde una lectura bernsteiniana. Además esboza, una perspectiva postestructuralista feminista del currículum, su definición como discurso de género y diferencia, a la vez que se apuntan algunas problemáticas y estrategias alternativas que permitirían introducir transformaciones en las políticas del conocimiento y la identidad en la escuela.
"La estructura social menos rígida de los códigos integrados lo
convierte en un código potencial para la educación igualitaria"
(BERNSTEIN, 1988: 105).
Introducción
Este
artículo recorre las implicaciones de un currículum escolar que se manifiesta
habitualmente de forma conservadora sobre los límites del saber, el poder y las
subjetividades. A menudo, las decisiones en torno al currículum escolar que se
presentan como prescriptivas y que anuncian "lo verdadero" de la
enseñanza funcionan perpetuando los modelos que garantizan la estabilidad con
relación a las políticas del conocimiento, el género y la diferencia. Por ello,
la adopción de un currículum integrado precisa del cuestionamiento de la actual
organización del conocimiento y del aprendizaje en las aulas; de una
redistribución del tiempo y del espacio escolares; y del reconocimiento de que
los procesos educativos están inmersos en la lucha por las representaciones de
identidad y diferencia con relación las políticas de género, clase social y
raza. En el contexto postmoderno donde impera la globalización de la economía y
la ficción del estado del bienestar, donde el conocimiento y las identidades
se han convertido en mercancías, es necesario repensar el papel de las
escuelas. Para llevar a cabo esta reflexión y asumir una propuesta de cambio,
es preciso considerar el currículum como un artefacto que permite
"pensarlo aún no pensado" en educación, desde una perspectiva
foucaultiana, y provocar así alguna ruptura en la hegemonía de los discursos
curriculares tecnocráticos.
En
estas páginas se presenta una propuesta de análisis e interpretación de las
decisiones sobre el currículum escolar que abarca dos finalidades principales.
En primer lugar, se contrastan las dimensiones organizativas, epistemológicas
e identitarias que desencadena un currículum de integración frente a las que
produce un currículum de colección, desde una lectura bernsteiniana. En segundo
lugar, se darán evidencias para analizar el currículum nacional que se
implementa a partir de la reforma educativa como un currículum de colección.
Finalmente se recogen algunas dificultades y contratiempos que surgen ante la
adopción de un currículum de integración como alternativa a la forma dominante
del currículum de colección.
* Profesora de la Universidad de Barcelona y de la
Universidad Autónoma de Barcelona. rifa@trivium.gh.ub.es
Las diferencias entre un currículum
de colección y un currículum de integración
En una escuela y en un amplio conjunto de temas sociales están las
comunidades de personas, compitiendo y colaborando unas con otras, definiendo
y defendiendo sus límites, reclamando alianzas desde sus miembros y
confiriendo sentido de identidad a partir de ellos... Cada innovación que
parece ser esencialmente intelectual en su carácter puede ser útilmente
examinada como resultado de la interacción social y la elaboración de nuevos
roles en la organización... (MUSGROVE, 1968:101).
En 1971, BASIL BERNSTEIN publicó: "Acerca de la clasificación y
del marco del conocimiento educativo", que fue incluido en Knowledge and
Control de Young, texto fundador de la Nueva Sociología de la Educación. Allí
además de avanzar la teoría de los códigos del saber escolar (que se concretaría
en la serie Clases, Códigos y Control que el autor inició ese mismo año),
Bernstein delimitó el foco y la mirada de la Nueva Sociología de la Educación,
al afirmar que: "La forma en que una sociedad selecciona, clasifica,
distribuye, transmite y evalúa el conocimiento educativo que considera ha de
ser público, refleja tanto la distribución de, poder como los principios de
control social. Desde este punto de vista, las diferencias y el cambio en la
organización, transmisión y evaluación del conocimiento deberían ser una
importante área de interés sociológico" (BERNSTEIN en YOUNG 1971: 47). En
ese mismo capítulo (reimpreso en castellano en 1988), Bernstein se formulaba
una pregunta que ha sido la clave de su trabajo hasta el momento y que sirve de
pilar para la reflexión en este artículo: ¿de qué modo la transmisión formal
del conocimiento educativo y de las sensibilidades evoca, mantiene y cambia las
formas de experiencia, identidad y relación? (BERNSTEIN, 1988: 81)
Entre las aportaciones
que Bernstein realiza en su artículo destaca la vigencia de la identificación de dos tipos de currícula en la historia de la
escolarización europea a partir de las nociones de "clasificación" y
"enmarcomiento". Al reconstruir las implicaciones organizativas,
epistemológicas e identitarias que rigen un currículum escolar, Bernstein trazó
la distinción entre un tipo de código de colección y un tipo de código
integrado. Este investigador toma como criterios de su análisis la
clasificación y el enmarcamiento, como una forma de analizar las relaciones de
poder y de control, respectivamente. El principio de clasificación se refiere
a la naturaleza de los límites y a la diferenciación entre los contenidos en un
currículum, que puede ser fuerte o débil, y que afecta a la división del
trabajo del conocimiento educativo y a las estrategias de organización. Con el
enmarcamiento, por otro lado, se refiere Bernstein "al grado de control
que ejercen el profesor y el alumno en la selección, organización, ritmo y
temporización del conocimiento transmitido y recibido en la relación
pedagógica" (1988:84). Además, la fuerza del enmarcamiento también nos
permite ver la relación entre el conocimiento de la comunidad cotidiana y el
conocimiento científico.
Bernstein
traza la historia de los currícula europeos como la historia del tipo de código
de colección, muy extendida y generalizada (1). La forma europea estándar de
código de colección está basada en la asignatura, implica una clasificación
fuerte dado que los currícula nacionales son muy explícitos respecto a las
materias y los contenidos enseñables y un enmarcamiento fuerte, que deja pocas
opciones de transformación a los profesores y a los alumnos, debido a la centralización
de las decisiones educativas. Por otra parte, Bernstein caracteriza el tipo
de currículum de integración, que está localizado en un número reducido de
proyectos e instituciones, por "la subordinación de asignaturas o curso
previamente aislados a una idea relacional, la cual difumina los límites de
las asignaturas" (1988:88). En este caso, la integración puede estar
basada en el profesor, por ejemplo en la educación primaria el maestro tiene la
opción de mantener aislados los contenidos entre materias u optar por un
currículum de integración que reorganice la distribución del tiempo y el saber
escolar; y puede estar basada en el estudiante, cuando el alumno se relaciona
con varios profesores de materias distintas que comparten un mismo problema. La
integración que tiene altos costes para los profesores, en cuanto al esfuerzo
que requiere para la coordinación de decisiones y de recursos, se puede dar a
diferentes niveles: entre profesores de áreas de conocimiento distintas o
dentro una misma área de conocimiento.
En el cuadro siguiente se resumen los rasgos
que se refieren a la fuerza de la clasificación y del enmarcamiento, que
quedan comprendidos en la adopción de un currículum de colección y de un
currículum de integración:
El
currículum nacional como una forma del currículum de colección
Si
trasladamos el análisis del currículum y las tipologías de Bernstein al
contexto español, vemos que en el sistema educativo anterior, en la EGB y el
BUP, la clasificación era fuerte, es decir, el currículum estaba centrado en
unas asignaturas bien delimitadas; y el enmarcamiento también lo era, es decir,
el profesor como autoridad en la materia estaba claramente distanciado del
alumno que no participaba de la toma de decisiones. Además en ese contexto, el
estudiante adquiría la significación social de donde estaba y sabía el rango
que ocupaba, ya que a través de un sistema educativo
que repartía a los estudiantes entre la FP y el BUP, se producía claramente un
proceso de selección y diferenciación de los sujetos. El concepto clave implicado
en el código curricular de colección europeo, que queda ejemplificado en el
caso español, era la disciplina, enmascarada bajo un currículum que presentaba
un saber compartimentado y un aprendizaje basado en la acumulación de
conocimientos. Sin embargo, las finalidades de este código de colección eran
el aprendizaje de lo permitido y de la norma por parte de los estudiantes. En
este caso, tal y como ilustra Bernstein: "Para la mayoría, la
socialización en el conocimiento es la socialización en el orden, el orden existente,
en la experiencia de que el conocimiento educativo es impermeable" (BERNSTEIN, 1988:92).
Con
relación al currículum nacional que surge de la reforma, en primer lugar, es
importante señalar que se da una reorganización de los saberes escolares, que
se distancian de las disciplinas universitarias de referencia y que adquieren
un sentido de aplicabilidad y de "cultura general" que las
desespecializan. Sin embargo, a pesar de la unificación de contenidos (como en
el caso de las Ciencias Experimentales o las Humanidades) y de su articulación
mixta como conceptos, procedimientos y actitudes, el currículum oficial
español sigue priorizando una organización por materias y contenidos al
establecimiento de problemas comunes a todas las áreas de conocimiento (exceptuando
quizá en algunas materias optativas donde se presta más atención a los temas
transversales del currículum). En esta línea, podemos decir que en el
currículum nacional que se establece a partir de la reforma educativa en
España, en especial para la ESO, los contenidos mantienen entre sí una
relación cerrada y de aislamiento, y no una relación abierta o transversal cómo
presupondría la adopción de una perspectiva constructivista y globalizadora
del aprendizaje. Así, aunque la clasificación se ha debilitado respecto al
sistema educativo anterior, los límites entre materias y departamentos sigue
siendo fuerte. En resumen, la balcanización de la comunidad escolar está
refrendada por la fragmentación del espacio, el tiempo y el saber escolares.
En
segundo lugar, a partir de la reforma educativa, la etiquetación y selección de
los estudiantes que se distribuían entre la FP y el BUP ha desaparecido, y han
disminuido otras formas de categorización de los estudiantes, como la
evaluación que ya no es determinista sino que pretende ser una orientación en
el proceso de aprendizaje de los estudiantes. En este contexto, se flexibilizan
los entornos de aprendizaje que favorecen la interacción entre profesores y
estudiantes. Sin embargo, esto ha hecho más difíciles las relaciones entre
profesores y alumnos, en especial en el segundo ciclo de la ESO, lo que ha
generado nuevos mecanismos para clasificar a los estudiantes, por ejemplo
formando grupos homogéneos en un mismo curso, o de forma más evidente, a
partir de la reclusión de los estudiantes "conflictivos o con
problemas" en las Unidades de Adaptación Curricular (las UAC). En
síntesis, a partir de un enmarcamiento fuerte, el currículum de la reforma
sigue proponiendo un código de colección del conocimiento educativo que
proporciona un sentido de orden, identidad y compromiso para algunos niños y
niñas, que saben el lugar que ocupan en el sistema. Además, a pesar de que la
vida educativa de un niño se ha prolongado, el ritmo de aprendizaje en las aulas
se basa en los sujetos de clase media, trazando así la diferenciación entre
estudiantes y excluyendo el conocimiento cotidiano de la comunidad que no es
de clase media, lo que limita y supone un sin-sentido para los otros
estudiantes. Por último, es importante señalar que Bernstein añade que la
autonomía del maestro es baja cuando la clasificación y el enmarcamiento son
fuertes, recordemos que en un currículum de colección, las relaciones de poder
funcionan sobre la base de una organización vertical y el estatus profesionalizador
del docente. En cambio, la autonomía sería mayor su se produjera una
declasificación e integración de docentes y materias.
C u r r í c u l u m d e c o l e c c i ó n |
Clasificación |
C u r r í c u l u m d e i n t e g r a c i ó n |
||
Fuerte
(+) |
Débil
(-) |
|||
•
Los departamentos son unidades cerradas
y jerárquicas con respecto al conocimiento, el profesorado está vinculado
a ellos como símbolo de su categoría que otorga cohesión interna •
Los contenidos no están abiertos a discusión,
las materias escolares y su contenido están bien delimitados •
Las identidades se forjan en base a una organización vertical, además la reproducción del discurso pedagógico es débil dada la especialización • Se crea una identidad específica en
profesores y alumnado, un sentido claro de pertenencia a un colectivo o a una
clase |
•
Los límites entre departamentos y
entre profesores son permeables, se prioriza la coordinación
pedagógica, es un modelo vulnerable en sus relaciones con el exterior •
Los contenidos mantienen entre sí
una relación abierta, son discutidos para facilitar la transversalidad •
Las relaciones de poder son más complejas
y el profesorado trabaja para un proyecto común que orienta el discurso pedagógico • Las identidades docentes conforman una
red social fuerte y se preocupan por
integrar las diferencias que surgen (entre
profesores y alumnos) |
|||
Enmarcamientca |
||||
Fuerte (+) |
Débil (-) |
|||
•
La selección de lo enseñable y su forma viene determinada por el profesorado
(y la administración) •
Las relaciones entre profesores y alumnos
están marcadas por el control posicional que ejerce el docente sobre la
interacción •
La organización de las tareas se basa en la ejecución y la individualización
más que en el trabajo compartido en el grupo •
El ritmo de la transmisión y la velocidad del aprendizaje se rigen por la
planificación que efectúa el docente •
Se da una estricta temporización del conocimiento que se transmite y se
recibe en la relación pedagógica, la regulación social se intensifica |
• Los estudiantes intervienen junto con el profesor en la toma de decisiones que afecta al conocimiento y al aprendizaje •
Las relaciones entre profesores y alumnos
están reguladas por la interacción
en el aula y el docente ejerce un control de tipo personal • Se gestiona el aprendizaje mediante los grupos de trabajo cooperativos y
la participación, no existe aislamiento entre estudiantes ni tampoco entre
tareas •
El ritmo de la transmisión y la secuenciación
del aprendizaje están guiados
por el desarrollo curricular que puede modificar la planificación •
La temporización del conocimiento que se transmite y se recibe en la relación
pedagógica es flexible, se priorizan los aspectos de formación personal |
|||
Cuadro
I. Las diferencias entre el currículum de colección y el currículum de
integración a partir del análisis de la fuerza de la clasificación y el
enmarcamiente
El bajo nivel de
autonomía del profesorado a partir de la reforma educativa se observa también a
partir del uso extendido (y a menudo exclusivo) de los libros de texto como
materiales curriculares, que funcionan como mediadores, autorizados en la
reproducción y recontextualización del conocimiento educativo y del discurso
curricular oficial. Si revisamos algunos de estos materiales desde la
perspectiva de deconstruir su política del conocimiento y la identidad, se
constata la existencia de: (a) un posicionamiento acrítico de los libros de
texto que actúan como reproductores de una verdad sobre el mundo y como
legitimadores de las relaciones sociales establecidas, frente a la ausencia
una mirada interpretativa que favorezca la construcción social del conocimiento;
(b) un aislamiento entre contenidos que se organizan temáticamente o
conceptualmente y no se problematizan, una ordenación de contenidos y actividades
que no potencia la interdiciplinariedad de las materias, y que se basa en el
carácter especializador y universal del saber (no contextualizado); (c) la
dependencia de los alumnos del ritmo que establecen las unidades didácticas,
convertidos en meros ejecutadores de las mismas, sin que se fomente la autonomía
del estudiante en su proceso de aprendizaje ni se posibilite la oportunidad de
compartir significaciones y representaciones del mundo diferentes; y por
último (d) la potenciación de una subjetividad que se percibe competitiva,
individualizada y nacionalista, haciendo en general escasas referencias a
problemáticas sociales tales como la xenofobia y el racismo, las desigualdades
sociales o el sexismo. Después de este breve análisis, podemos concluir que la
reforma educativa y su propuesta de un currículum organizado por disciplinas
no tolera ambigüedades epistemológicas ni ontológicas.
"Efectos secundarios y contraindicaciones"
del desarrollo de un currículum integrado
A
pesar de que el currículum de código de colección no se interesa por la
identidad de profesores y estudiantes, este tipo de currículum es recomendable
en aquellos casos en que las decisiones sobre la enseñanza se basan en la
predictibilidad del tiempo y del aprendizaje escolares y en el control del
espacio. Por otro lado, la adopción del código de integración produce algunos
efectos secundarios, implica la pérdida de intimidad de educadores y alumnos,
debido a que este código del currículum invita a trabajar el yo y la relación
con el otro, al convertirse la experiencia de la comunidad en algo relevante.
BERNSTEIN (1988) advierte a los profesores de cuatro condiciones del currículum
de integración que si no se cumplen pueden conllevar problemas: (1) Debe
existir consenso con respecto a una idea integradora que además debe ser
explícita, al debilitarse el aislamiento se exige un alto nivel de consenso
ideológico lo que puede afectar a los lazos entre el profesorado, ya que la
discordancia visible puede vivirse como una amenaza; (2) La coordinación entre
el profesorado actúa como un proceso de socialización de los profesores en el
código, que aprenden a leerlo e interpretarlo, lo que es difícil si el
profesorado se ha formado en la lectura de un código de colección que asegura
el mantenimiento de un rol. El código de integración no tolera la mediocridad,
se requiere "un poder mucho mayor de síntesis, analogía y mucha más
habilidad para tolerar y disfrutar de la ambigüedad al nivel del conocimiento y
de las relaciones sociales" (BERNSTEIN, 1988:102); (3) Al existir la
retroalimentación en los procesos de enseñanza-aprendizaje, se debilitan los
criterios explícitos y medibles de la evaluación de los estudiantes, lo que
requiere un sobreesfuerzo de todos los agentes de la comunidad escolar en
coordinarse; y además (4) Los códigos integrados pueden dar lugar a
"múltiples criterios de valoración", debido a que es más difícil
evaluar al estudiante a partir de lo que se va aprendiendo y en especial al
contemplar la diversidad de respuestas de los alumnos, lo que invisibiliza el
control del profesor sobre el alumno, en el desarrollo de un código que puede
llegar a ser intrusivo o focalizar de manera implícita en la valoración de las
actitudes.
Ya
para terminar, es preciso anotar dos consecuencias en la adopción de un currículum integrado: por un lado,
la producción de cambios en la organización del conocimiento y el aprendizaje
que se crea al fracturar el absolutismo académico, y al cuestionar la creencia
de que los saberes y sus límites están regidos por un orden natural externo.
Por otro lado, cabe esperar alteraciones en la forma de construir las
identidades y la diferencia, en la percepción arcaica de las subjetividades
occidentales, desde una visión unitaria, estática y prefijada del sujeto.
Además, un currículum integrado transforma las relaciones de poder, debido a
que basa su desarrollo en la negociación de identidades en el aula y en la
participación frente a la adquisición de habilidades y destrezas. Al ser la toma
de decisiones algo compartido, se puede provocar la democratización de las
relaciones de aprendizaje, y favorecer un funcionamiento asambleario:
"Los códigos integrados pueden suministrar las condiciones para que se den
relaciones horizontales y lealtades en los estudiantes y alumnos"
(BERNSTEIN, 1988:98). Así, se equilibrarán la relaciones de poder, pero la
"perturbación en la clasificación del conocimiento conducirá a una
perturbación de las actuales estructuras de autoridad, de las actuales identidades
educativas y de los conceptos de propiedad" (BERNSTEIN, 1988:95).
Por
tanto, una de las mayores dificultades que pueden surgir en la construcción
de un currículum integrado es la devaluación de los roles del profesorado como
especialista, la debilitación de las relaciones jerárquicas de poder en el
campo de la educación y la trasgresión del orden de sus estamentos (de la
estructura administración-centro-profesorado-alumnado). Además es posible que
no se tolere la desorientación que puede aparecer durante la adopción de una
coordinación compleja o en el trabajo extraordinario que esto requiere. Un
currículum integrado facilitaría la reflexión y el debate sobre los procesos
educativos, al priorizar la investigación en la práctica sobre el diseño y la
planificación del currículum, al autorizar la incorporación de las voces
marginales o periféricas en la toma de decisiones del currículum, y por encima
de todo supondría el reconocimiento de que es posible aprender de los demás. Un
currículum integrado sugiere que los problemas que han emergido a partir de la
puesta en marcha de la ESO no tienen que ver con el establecimiento de unos
contenidos mínimos o de un currículum básico, sino con la búsqueda constante
de una identidad por parte de adolescentes (estudiantes) y adultos
(profesores). En síntesis un currículum de integración ve la escuela como un
espacio que nos permite pensar en lo que nos está pasando y que nos sirve para
interpretar el lugar que queremos ocupar en el mundo
Referencias bibliográficas
BERNSTEIN, B. (1988): "Acerca
de la clasificación y del marco del conocimiento educativo". En Clases,
códigos y control. Volumen 2. Hacia una teoría de las transmisiones educativas.
Madrid: Akal [primera edición en inglés de este volumen de 1975].
MUSGROVE, F.
(1968): "The contribution of Sociology
to the Study of the Curriculum". En KERR, J. F. (Ed.) (1968): Changing the Curriculum. Londres: University of London.
YOUNG, M. (1971) (Ed.): Knowledge and Control: New Directions for the Sociology of Education. Londres: Collier-Macmillan.
Notas
(I) Bernstein al definir el tipo de código de colección diferencia
entre el subtipo especializado (que se da en Inglaterra), que a su vez puede
ser puro e impuro y el subtipo no especializado (que predomina en el resto de
Europa), aunque en este artículo no se aborde esta particularidad.