Revista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa // 2001 // Volumen 7 // Número 1_3
ISSN 1134-4032 // D.L. SE-1138-94

 

DEPENDENCIA -INDEPENDENCIA DE CAMPO Y COMPETENCIA EN EL DEPORTE DE COLABORACIÓN - OPOSICIÓN EN EDUCACIÓN SECUNDARIA   

por

Chantal Biencinto López, Francisco José Vizcaya Pérez, Raúl Fernández Calvo, Mª Rosa Moreira Alfaro, Mª José Pérez Albo, Juan García López Y Mercedes García García (coord.) 

Universidad Complutense de Madrid

   


Resumen

El propósito de este articulo surge con la intención de conjugar dos disciplinas como son la pedagogía y el deporte. Desde esta perspectiva nace el interés de explorar las posibles relaciones entre aspectos cognitivos y aspectos referentes a la competencia en los deportes de colaboración-oposición. Se presenta un estudio exploratorio que pretende analizar la posible relación entre la DIC y la competencia, en el pase y el lanzamiento, en el fútbol sala en una muestra de alumnos de 3º y 4º de ESO. Se incluyeron también otras variables importantes como: sexo, edad, conocimiento del deporte, experiencia y actitud. Se encontraron relaciones significativas ente la competencia y el conocimiento previo, el interés y la práctica del deporte, pero no se encontraron relaciones significativas con la DIC. Se reflexiona sobre los resultados a partir de los supuestos de las teorías adaptativas y se recomienda probar la relación en muestras homogéneas provenientes de poblaciones profesionales.

  

Abstract

The aim of this article consists in combining two disciplines such as pedagogy and sport. From this perspective stems the interest for exploring the possible relations between cognitive aspects and those referring to competition in collaborative-competitive sports. An exploratory study was performed to analyze the relationship between DIC cognitive style and passing and launching competence at football with a sample of Secondary students. Enclosed another variables as sex, age, knowledge, experience and attitude. The outcome was a relationship between competence and knowledge attitudes and practice in football. However, not significant relationship was found between DIC and competence. We suggest to continue this kind of studies with other homogenous samples of professional groups.   


ESTILO COGNITIVO Y COMPETENCIA EN EL DEPORTE DE COLABORACIÓN-OPOSICIÓN

Hace  ya medio siglo de la puesta en evidencia del estilo cognitivo como variable de diferenciación humana y la relación que mantiene con una amplia variedad de dimensiones del funcionamiento personal de los sujetos. El estilo cognitivo se concibe como el modo característico y consistente que manifiestan las personas en sus actividades tanto perceptivas como intelectuales, es decir, su modo característico de procesar la información en cuanto a  la forma de percibir, pensar, recordar y solucionar problemas. El estilo cognitivo dependencia-independencia de campo (DIC) se vincula, principalmente, a las diferencias de percepción cognitiva, pero se relaciona con diversas áreas, como son la neurológica (concretamente con la especialización hemisférica y la lateralización), la reestructuración cognitiva y comportamiento socioemocional de la personalidad del sujeto.

El test de Figuras Enmascaradas (EFT) de Witkin, utilizado como medida de la DIC evalúa la capacidad de romper un campo visual organizado, para quedarse con una parte de él y separarla del todo, de forma que en un modo de percibir dependiente de campo, la percepción está influenciada claramente por toda la organización del campo circundante y los componentes de ese campo son percibidos como algo difuso. En un modo de percibir independiente de campo, se perciben las partes del campo como componentes discretos, dentro de un campo organizado (Witkin, Oltman, Raskin y Karp, 1987: 6-7).

En los estudios realizados con el EFT se puso en evidencia su relación con otras tareas perceptivas, aquellas que requieren tareas de desenmascaramiento perceptivo. Ya Karp en 1962, demostró que el EFT requiere distinguir cada una de las partes de un todo pero, sobre todo, romper un campo organizado para separar una parte de él.

Esta capacidad para desenmascarar un contexto manifestada en el estilo cognitivo DIC nos hizo pensar en una posible relación con la competencia en el juego de colaboración-oposición[1][1]. En educación física, y más concretamente en los deportes de colaboración-oposición, parece evidente que el jugador necesita analizar una situación contextual compleja (en movimiento y cambiante) y tomar decisiones de cómo resolver la situación, identificando la mejor posición entre las existentes para lograr avanzar y alcanzar el objetivo del juego.  A priori, y a falta de estudios previos, parece que el sujeto IC resolvería mejor este tipo de situaciones que el DC puesto que parece que la persona que actúa con una tendencia hacia la DC, sigue la organización del campo tal cual se le presenta, mientras que las personas que tienden a un estilo cognitivo IC, son capaces de superar la organización de ese campo, de romper su organización, a fin de localizar el detalle que se les pide que encuentren (Witkin et al., 1987: 9).

La competencia en los juegos de colaboración-oposición podría definirse como la habilidad que dispone el jugador para solucionar las situaciones presentes en la acción de juego. Para lo que tendrá que percibir dicha situación y analizarla, tomar la decisión que considere como más apropiada, en base a su conocimiento y experiencia previa, y llevarla a la práctica mediante la ejecución de los modelos o técnicas más idóneas de acuerdo con las circunstancias de la acción de juego (Mahlo, 1974).

Se ha seleccionado como deporte de colaboración-oposición el fútbol-sala por ser un juego frecuentemente practicado en los centros educativos y que requiere pocos recursos para su práctica. Como indicadores de la competencia en el juego de equipo se han incluido el pase y el lanzamiento. El pase, por ser la unidad fundamental y más simple para abordar la táctica colectiva, ya que implica la colaboración de dos miembros de un equipo, presupone que se ha superado la oposición de uno o varios contrarios e involucra al móvil (Riera, 1998), y el lanzamiento, pues es la forma de obtener un tanto o gol, por lo que determina el resultado final y, por lo tanto, quién resulta vencedor de la competición. Ambas conductas implican, además, las tres fases de la acción de juego (percepción, toma de decisión y ejecución), aunque la única visible sea la solución motriz. Hay que advertir en estas tres fases los procesos cognitivos, además de las motrices, que requiere la práctica competente del deporte y la hipotética asociación al estilo cognitivo.

En la revisión realizada sólo se han encontrado dos estudios similares a nuestro objetivo (Pargman, 1993; Riding y Al-Salih, 2000). En el estudio de Pargman (1993) se incluye la DIC entre otros estilos asociada a destrezas motoras, no encontrándose diferencias significativas. En el estudio de Riding y Al-Salih (2000) se relacionan los estilos global-analítico y verbal-gráfico con destrezas motrices finas y gruesas así como con el rendimiento en diferentes deportes en función del sexo (hockey, netball y tenis en chicas y rugby, futbol y cricket en  chicos); en este caso sólo se encuentran relaciones significativas entre estilo cognitivo y tenis, pero con ningún otro deporte.

En el estudio que presentamos se pretende analizar la posible relación entre la Dependencia-Independencia de Campo y la competencia, en el pase y el lanzamiento, en el fútbol–sala. Se trata de un estudio exploratorio puesto que se incluyen aspectos novedosos con respecto a los estudios previos, como es el estilo cognitivo DIC y la eficacia del pase y del tiro en fútbol-sala, precisamente por ser dos elementos relacionados con el análisis perceptivo y la descontextualización de los sujetos en un campo organizado que a diferencia de los anteriores pudieran estar estrechamente vinculados.

 

METODOLOGÍA

Los datos proceden de la población de alumnos de 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria. Sobre esa población se realizó un muestreo intencional, resultando una muestra inicial compuesta por 87 sujetos de edades comprendidas entre 14 y 17 años que estaban cursando 3º y 4º de ESO, distribuidos en dos grupos por curso de un centro privado-concertado de Madrid. Sobre la muestra se seleccionaron los sujetos extremos en función de su puntuación en la variable estilo cognitivo DIC. De esta forma, la muestra definitiva quedó compuesta por 43 sujetos, 19 independientes y 24 dependientes de campo, de los cuales 22 eran hombres y 21 mujeres. Por la edad de los sujetos se trabajó bajo el supuesto de que disponían del grado de maduración necesario para realizar las habilidades motrices requeridas, aunque, quizás, no de la destreza suficiente para llevarlas a cabo con la mayor eficacia. Al mismo tiempo se introdujeron otras variables que pudieran estar relacionadas con la competencia en el pase, como son el sexo, la edad, el conocimiento del deporte (aspectos reglamentarios y conceptos técnico – tácticos), la experiencia (nº de años, nº de horas semanales de práctica – en el ámbito federado y/o fuera del mismo -, la pertenencia o no a un equipo y experiencia en otros deportes), la actitud hacia el mismo (gusto por el fútbol, asistencia como espectador a partidos y/o retransmisiones televisivas) y la competencia en el juego (en la conducta–acción de pase y de lanzamiento).

Los instrumentos de recogida de datos fueron los siguientes: el estilo cognitivo fue medido a través del test GFT de Figuras enmascaradas (Witkin et al. 1987), que se aplicó simultáneamente a todos los sujetos de la muestra. El resto de variables predictoras se recogieron mediante un cuestionario sobre interés y conocimiento del fútbol elaborado ad hoc para los objetivos de esta investigación.

Para analizar la competencia en el juego se evitó una valoración general del profesor de educación física intentando una medida objetiva de esta variable por medio de una plantilla de observación sistemática, pilotada previamente. Se distribuyeron al azar los alumnos de la muestra en equipos de cinco personas y se grabaron en vídeo partidos de 10 minutos. Chicos y chicas jugaron por separado. Tres observadores, licenciados en Educación Física, visualizaron las grabaciones y analizaron la ejecución en el juego de los sujetos, identificados previamente como IC o DC. Estos observadores valoraron la calidad del pase, los pases acertados y fallados y los tiros acertados y fallados por cada sujeto de la muestra, medidas que fueron recodificadas realizando una ponderación en función de la zona desde la que se efectúan el pase y el tiro.

Se consideró como pase acertado la transmisión del balón entre dos jugadores de un mismo equipo. Esta transmisión del móvil consta de dos partes bien diferenciadas: a) el pase, ejecutado por el jugador en posesión del balón y b) la recepción, realizada por el compañero con el que se produce el intercambio. En el caso de que la recepción no fuera correcta, se interpretó que había existido un pase si el receptor llegaba a tomar contacto con el móvil aunque, posteriormente, perdiera su posesión, puesto que se había llevado a cabo la transmisión del balón.

Se definió como pase fallado cualquier intento que fuera interceptado por el adversario, aquel en el que el móvil terminara fuera del campo o cuando la intención hubiera sido despejar el balón (ya que éste no busca la transmisión a un compañero).

En cuanto a la calidad del pase, se definió como bueno si la línea de pase y de recepción estaban abiertas y, por lo tanto, existía la posibilidad de que éste se produjera, debido a que los defensores no se interponían entre los atacantes. Por el contrario, si la línea de pase y/o de recepción estaban cerradas, la calidad del pase se puntuó como mala, ya que la probabilidad de que el pase se completara sería muy reducida.

Por otro lado, se consideró como lanzamiento aquella acción en la que el jugador trataba de obtener gol. Esta acción podría tener como consecuencias que el balón se dirigiera fuera o hacia la portería. Sería un lanzamiento acertado si terminaba en gol, o fallado si lo paraba el portero, lo desviaba un defensor o si daba en uno de los postes.

Así mismo, se ha dividido transversalmente el terreno de juego en tres zonas iguales, de manera que éstas coincidan con la zona defensiva, de construcción del ataque y de finalización del mismo (Gayoso, 1983; Hernández, 1994; Castelo, 1996). A cada una de estas zonas se le ha atribuido un valor dependiendo de la dificultad de ejecución del pase, siempre teniendo en cuenta, sobre todo, dónde se va a efectuar la recepción (zona defensiva=0.33; zona de construcción del ataque=0,66; y zona de finalización=1). Esta dificultad está en función de la proximidad del objetivo, de la densidad de jugadores (atacantes y defensores) en ese espacio, de la disminución del espacio individual de interacción y del tiempo de toma de decisión y de ejecución del pase. La dificultad de los lanzamientos y la probabilidad de conseguir gol, ha sido evaluada en función de la distancia a la portería, del tiempo de reacción del que dispone el portero para realizar la parada, y de las posibilidades de encontrar una línea de lanzamiento abierta.  De este modo, tomando como referencia la distribución de las zonas ya indicada, la valoración realizada fue: marcar gol desde la zona defensiva=1, desde la zona de construcción del ataque=0.66, y desde la zona de finalización=0.33.

El análisis de datos se llevó a cabo con el programa estadístico SPSS 9.0 para Windows. Además de los análisis descriptivos univariados correspondientes, se realizaron correlaciones bivariadas (Pearson).

  

RESULTADOS

El análisis descriptivo de las variables dependientes arrojó los resultados que se recogen en la tabla 1, en ella podemos observar las medias y desviaciones típicas de cada una de las variables que consideramos dependientes.

Tabla 1. Estadísticos descriptivos de las variables de competencia en el juego

 

N

Mínimo

Máximo

Media

Desv. Tip.

Ponderación pase acertado

42

,00

8,62

3,07

2,10

Ponderación pase fallado

43

,00

4,31

1,11

1,07

Calidad del pase

41

,00

1,00

,64

,34

Ponderación tiro acertado

43

,00

1,32

,12

,26

Ponderación tiro fallado

43

,00

7,64

,72

1,33

 

         Los análisis correlacionales realizados muestran que la percepción de los sujetos acerca de su conocimiento de las reglas del juego es la que obtiene mayores correlaciones con las variables del bloque “competencia en el juego”, siendo significativa su relación con la calidad del pase y con la ponderación de pase acertado y fallado (tabla 2). Asimismo, correlaciona significativamente con el conocimiento real que tienen los individuos de la técnica de juego.

Tabla 2. Matriz de correlaciones entre variables de conocimiento del fútbol, estilo cognitivo y competencia en el juego

 

GFT

Calidad pase

Pase acertado

Pase fallado

Tiro acertado

Tiro fallado

Reglas

GFT

 

 

 

 

 

 

 

Calidad pase

 ,036

 

 

 

 

 

 

Pase acertado

 ,167

 ,354 *

 

 

 

 

 

Pase fallado

 ,067

-,218

,237

 

 

 

 

Tiro acertado

-,004

 ,263

,389 *

,119

 

 

 

Tiro fallado

-,183

 ,128

,242

,010

-,108

 

 

Reglas

 ,203

 ,348 *

,421 **

,314 *

 ,181

,188

 

Conocimiento

 ,135

 ,194

,237

,135

 ,004

,026

,302 *

* La correlación es significativa al 0,05 (bilateral).** La correlación es significativa al 0,01 (bilateral).

Sin embargo, contrariamente a lo esperado, el estilo cognitivo no correlaciona con ninguna de las variables asociadas a la competencia en el juego. La relación entre las variables asociadas al interés de los sujetos por este deporte y la competencia en el juego (tabla 3) muestra que, globalmente, cuanto mejor es la actitud hacia el fútbol, mayor es también el acierto en el pase, así como su calidad.

Por último, como era de esperar, se han encontrado relaciones significativas entre el tiempo dedicado a practicar este deporte y la competencia en el juego, tanto en el tiempo de juego informal (total de horas a la semana) como en las horas de entrenamiento con el equipo formal (tabla 3).

Tabla 3. Correlaciones entre variables referidas al interés, la práctica del deporte y la competencia en el juego

 

Gusto fútbol

Espectador TV

Espectador en el campo

Horas semana

Horas en equipo

Tiempo jugando

GFT

-,192

,007

-,277

,010

-,380 *

,023

Calidad pase

 ,345 *

,344 *

 ,283

,445 **

,419 *

,163

Pase acertado

 ,430 **

,424 **

 ,444 **

,618 **

,610 **

,479 **

Pase fallado

 ,292

,134

 ,044

,040

,034

,175

Tiro acertado

 ,215

,215

 ,145

,220

,375 *

,548 **

Tiro fallado

,303 *

,245

,262

,230

,253

-,023

* La correlación es significativa al 0,05 (bilateral).** La correlación es significativa al 0,01 (bilateral).

 

         Dado que la correlación de la variable GFT es prácticamente nula, carece de sentido la realización de una ecuación de regresión ya que la capacidad de predicción de esta variable sobre las variables dependientes calidad del pase y ponderación del pase acertado no resulta significativa.

 

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

La relación hipotetizada entre la dependencia-independencia de campo y la competencia en fútbol-sala que dirigió este estudio no ha podido ser probada en la muestra analizada. Parece que dicha competencia se relaciona significativamente con el conocimiento del fútbol-sala, la experiencia y el interés o actitud hacia dicho deporte.

La dificultad encontrada en la operativización de la variable competencia en un deporte de colaboración-oposición hizo que nos centráramos en algunos de los elementos relevantes de tal constructo como son el pase y el lanzamiento, aspectos que como se ha justificado se pensó estarían asociados al estilo cognitivo DIC. Tras la utilización del instrumento de observación, los especialistas en educación física, han considerado que proporciona una medida objetiva, fiable y válida de las variables evaluadas, por lo que recomendarían su uso en estudios similares.

El que la competencia en el fútbol-sala según ha sido medida en este estudio se relacione con variables cognitivas y actitudinales, junto con las diferencias observadas en el tipo de juego entre los jugadores, hace pensar que el procedimiento de selección  y tiempo de juego elegido no haya sido el más adecuado. La falta de control en estas variables y la manifiesta heterogeneidad de los sujetos en el juego, pudieran distorsionar la relación hipotetizada. Sin embargo, no parece importante controlar la posición ocupada en el equipo tal como sugieren Riding y Al-Salih (2000) en sus conclusiones puesto que en fútbol-sala todos los jugadores rotan cualquiera que sea la posición que ocupan al ser el espacio más pequeño.

Teóricamente parece que resolver con éxito una situación de juego en los deportes de colaboración-oposición, como es la del fútbol-sala, supone  varios procesos cognitivos similares al estilo cognitivo DIC, veamos: primero, la necesidad de organizar visualmente la situación, percibiendo a todos los jugadores como elementos discretos dentro de un contexto complejo; segundo, desenmascarar la posición del jugador del propio equipo mejor situado dentro de ese contexto y seleccionarlo para realizar la jugada; y tercero, ejecutar la acción. Es esta supuesta relación teórica la que nos lleva a pensar que los resultados encontrados no pueden ser concluyentes en cuanto a la asociación entre dichas variables. Pensamos que, quizás esta relación sólo pueda ser observada en sujetos homogéneos en cuanto a actitud, conocimiento técnico y competencia motriz. Es decir, en poblaciones profesionales o, al menos, federadas. Asimismo, parece importante ampliar el tiempo de observación de juego a veinte minutos si se trata de fútbol-sala o incluso a un tiempo mucho mayor si se tratara de fútbol/11 puesto que se produce un menor contacto con el balón.

Los expertos en educación física opinan que se pueden observar diferencias en la calidad del pase entre jugadores de equipos profesionales y esas diferencias bien pudieran estar asociadas al estilo cognitivo. En cualquier caso dicha asociación no es más que una conjetura que deberá ser probada en estudios posteriores.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CASTELO, J. (1996). Futebol. A organizaçao do jogo.Lisboa: O Autor. 

GAYOSO, F. (1983). Fundamentos  de táctica deportiva. Madrid: Inef Madrid. 

HERNÁNDEZ, J. (1994): Análisis de las estructuras del juego deportivo. Barcelona: Inde. 

KARP, S.A (1963). Field dependence and overcoming embeddedness. Journal of Consulting Psychology, 27, 294-302.

MAHLO, F. (1974). La acción táctica en el juego. La Habana: Instituto Cubano del Libro. 

PARGMAN, D. (1993). Individual differences. Cognitive and perceptual styles. En R.N. SINGER, M. MURPHEM y L.K. TENNANT (eds.). Handbook of Research on Sport Psychology. Macmillan: Nueva York.

RIDING, R.J. y AL-SALIH, N. (2000). Cognitive style and motor skill and sports performance. Educational Studies, 26, 19-32. 

RIERA, J. (1998). Bases generales para el análisis funcional de la táctica. Madrid:  Máster en Alto Rendimiento Deportivo. COE-UAM.

 WITKIN, H.A., OLTMAN, P.K., RASKIN, E. Y KARP, S.A. (1987). Tests de Figuras Enmascaradas. TEA: Madrid. 2ª edición. 


 

 



[1][1] Los deportes de colaboración-oposición serían aquellos en los que se establecen relaciones de cooperación entre los jugadores de un equipo para lograr los objetivos del juego y que se oponen a los que se establecen entre los adversarios (Parlebas, 1988)