Red
Nacional de Nivel Medio Superior de la ANUIES
Sede: Universidad
Autónoma de Yucatán
Mérida, Yucatán
17 y 18 de abril de 2008
Institución:
Colegio de Ciencias y
Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México
Ponencia:
Una propuesta para fortalecer las
competencias docentes en el aula utilizando las Tecnologías de la Información y
la Comunicación, TIC: el uso en el aula del reproductor iPOD, en la
presentación de organizadores previos, al abordar el inicio de un tópico
Humberto Domínguez
Chávez* y José de Jesús Martínez Sánchez**
*Maestro en Ciencias Antropológicas
Profesor de Tiempo Completo. Área Histórico Social en el Plantel
Azcapotzalco
**Licenciado en Enseñanza del Inglés
Profesor de Tiempo Completo. Área Talleres del Lenguaje y Comunicación
en el Plantel Azcapotzalco
Introducción
Se propone la utilidad de una estrategia didáctica, como
aplicación de competencias docentes utilizando las TIC, mediante la
aplicación del reproductor iPOD en
los cursos presentando organizadores previos al inicio del
proceso de enseñanza aprendizaje de un tópico, con el propósito de realizar una exploración y transitar
desde de lo que el propio alumno sabe
sobre algo y ensayar actividades para que logren encontrar significado en un discurso, oral, escrito e
icónico-verbal, para poder cambiar/reafirmar
lo que se conoce o reestructurarlo y, al mismo tiempo, establecer una distancia con el autor, lo que le permite hacer
un juicio e integrar una opinión.
Aprendizaje significativo[1]
Podemos definirlo, de acuerdo con David Ausubel, como
medio de procesamiento y almacenamiento de la información, que presenta dos
características:
P
El alumno, al
relacionar intencionalmente el material potencialmente significativo con las
ideas establecidas y pertinentes de su estructura cognitiva, puede explorar
eficazmente los conocimientos que posee, integrando una matriz ideativa[2] y
organizadora para incorporar, entender y fijar nuevas ideas
P
Dada la
intencionalidad de la característica anterior, le capacita para emplear su
conocimiento previo para interiorizar y hacer inteligibles nuevos y múltiples
significados de palabras, conceptos y proposiciones; estas nuevas ideas pueden
relacionarse con los significados establecidos (conceptos, hechos, principios)
y también en conjunto, para producir nuevos significados
Señala Ausubel que:
...la única
manera en que es posible emplear las ideas previamente aprendidas en el
procesamiento (internalización) de ideas nuevas consiste en relacionarlas
intencionadamente con las primeras. Las ideas nuevas, que se convierten en
significativas, expanden también la base de la matriz de aprendizaje.[3]
Por lo anterior, se considera al aprendizaje
significativo como un proceso por el que se relaciona nueva información con
algún aspecto ya existente en la estructura cognitiva de un individuo, y que
sea relevante para el material que se intenta aprender. El fenómeno
psicológico, según la teoría de Ausubel, supone la asimilación de nueva
información por intermediación de una estructura específica de conocimiento ya
existente en la estructura cognitiva del sujeto, los conceptos inclusores; así, el aprendizaje significativo hace
que los inclusores existentes experimenten crecimiento y
reestructuración.
¿Cómo se inicia el
proceso?
En la infancia, la formación de conceptos es el
proceso principal por el que se adquieren concepciones (descubrimiento,
generación y comprobación de hipótesis y generalización); la mayor parte de
estos nuevos conocimientos se adquieren por asimilación, diferenciación
progresiva y reconciliación integradora.
Los organizadores previos señalados por
Ausubel, deben servir para asentar la nueva información en la estructura
cognitiva; si no existen conceptos relevantes en ella, estos organizadores
previos actúan para afianzar la nueva información, lo que conduce al desarrollo
de un concepto inclusivo que operará para facilitar los subsecuentes
aprendizajes. Si existen en la estructura cognitiva conceptos adecuados, los
organizadores previos servirán para relacionar el nuevo material con inclusores
específicos relevantes, actuando como un puente cognitivo.
No existe el aprendizaje de información sin sentido,
por lo que la información entrante debe ser potencialmente significativa,
aunado al hecho de que las personas deben tener predisposición para el aprendizaje significativo.
Por otro lado, a medida que se acumula información, se hace evidente que se
facilita el aprendizaje en la medida en que exista adecuación de la información
entrante con los conceptos existentes en la estructura cognitiva, facilitándose
así el enlace cognitivo explícito; como señala Ausubel:
...la
función principal de un organizador es salvar el abismo que existe entre lo que
el alumno ya sabe y lo que necesita saber antes de que aprenda con buenos
resultados la tarea inmediata.[4]
Un concepto inclusor no es una liga mental a la
que se adhiere la información, tiene una función de interacción en el
aprendizaje significativo, al facilitar el traslado e incorporación a través de
las barreras perceptivas y la conexión entre la nueva información y el
conocimiento anterior; es claro que al establecerse la conexión el concepto
inclusor se modifica y también cambia la información ya existente; lo
anterior, señala Novak, constituye el núcleo de la teoría de la asimilación de Ausubel.
En nuestros cursos
obligatorios en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, CCH, [5] al
iniciar el estudio de un tema[6]
utilizamos la exposición oral, apoyándola en la presentación digital de un tema
o mediante clips de video, proporcionando a nuestros alumnos una estructura
inicial de la información e integrando así organizadores
previos, o una estructura del andamiaje del tema que se está analizando,
como una guía para el trabajo en clase.
Después de la breve
exposición del tema por el docente (con duración de 30 minutos), se procede a
integrar por los equipos de trabajo[7] una
conclusión del tema. Después de un tiempo que fluctúa entre 30 y 40 minutos, se
procede a exponer por los equipos sus conclusiones sobre el tópico, discutiéndose
la información por todo el grupo académico e integrando una síntesis sobre el
tema revisado.
Al inicio de los
cursos, durante las primeras sesiones de clase, se fortalece en los alumnos sus
capacidades para que logren encontrar
significado en un discurso oral, escrito e icónico-verbal, realizando algunos
ejercicios de comprensión de textos, su resumen y exposición; estas
experiencias les permiten fortalecer sus habilidades en las funciones ideativa,
textual[8] e
interpersonal[9]
del lenguaje; que les permite transitar de lo que dice el texto a lo que
él entiende de la lectura; en un proceso de elaboración desde la
síntesis de la información a la paráfrasis[10] realizada
por ellos mismos, que les conduce a lograr un aprendizaje significativo de
estructuras cognitivas.
En estos ejercicios
se busca que incorporen a sus estructuras mentales no sólo conocimientos nuevos
de tipo declarativo, sino de procedimientos al abordar los textos, construyendo
su propia comprensión a partir de lo señalado por los autores, a través de sus
propias argumentaciones en la redacción de una síntesis que expondrán después;
además de que se busca que logren interrelacionar esos conocimientos en una
toma de posición personal, un juicio individual sobre los conocimientos que
abordan.
Esta forma de
trabajo, en un taller en el aula, permite transitar desde una exploración de lo
que el propio alumno sabe sobre algo y ensayar procedimientos para encontrar significado en un discurso, para poder cambiar/reafirmar lo que se sabe o
reestructurarlo[11]
y, al mismo tiempo, establecer una distancia
con el autor, lo que le permite hacer un juicio e integrar una opinión;
este proceso es difícil y forma parte del aprendizaje de la educación media
superior,[12]
no sólo para lograr los conocimientos y la preparación cultural, metodológica y
ética de un universitario, lo propedéutico, sino también para formar a un
ciudadano.
Se propicia así, en
todo momento, la participación de los alumnos para lograr el desarrollo y
aplicación de sus habilidades y la expresión y aplicación de los conceptos
aprendidos sobre un tema.[13] Lo
anterior, inicialmente a partir de sus comentarios sobre las
exposiciones del maestro, el reforzamiento inducido por las presentaciones digitales,
los videos y la lectura de textos breves; este proceso se fortalece al revisar
sus exposiciones y trabajos escritos de cada uno de los tópicos del programa y
comentar con ellos lo que dicen en sus
textos, para lograr que expresen lo que quieren
decir[14],
en una tarea individual aprovechando el tiempo en que trabajan en equipo en la
integración de sus propuestas colectivas sobre cada uno de los temas y subtemas
del curso.
Esto es, se
analizan sus propios discursos que, muchas veces, sobre todo al inicio del
curso, son una mala copia de los textos originales o de ideas sin un claro
sustento; al transcurrir el primer mes de clase se aprecian los resultados
positivos, y en el resto del curso este tránsito es más productivo.[15]
En las exposiciones
se clarifica lo expuesto, se completa la información; primero preguntando a los
demás alumnos si alguien puede contribuir a lo enunciado por un equipo y
sugiriendo ciertas pistas a los
expositores para que encuentre la relación con información que ya sabe sobre el tema y que no es capaz,
en ese momento, por sí mismo de integrarla, en una experiencia de orientación
mayéutica.
Cabe señalar que
estos momentos son cruciales, tanto para lograr el avance de algunos alumnos,
como para perder el control del grupo, si no se puede manejar adecuadamente la
situación; tenemos que recordar que nuestro auditorio es de al menos de 45
alumnos, y cualquier distracción, incluso aquella que sirva para aclarar algo a
un alumno, puede conducir a que el resto divague. La atención a estudiantes con
problemas de aprendizaje es posible realizarla bajo estas estrategias de
trabajo en equipo, que dan tiempo al docente para atender a estos alumnos en
forma personal, mientras el resto del grupo trabaja colectivamente.
Las actividades
mencionadas deben ser comprendidas por los alumnos; el entender para qué sirve una actividad, cuál es
su objetivo, qué queremos lograr con ella, en qué consiste el lograr su cumplimiento, de qué manera contribuirá a su formación personal y cómo evaluaremos el éxito en el
cumplimiento de los objetivos y las metas, son preguntas que deben ser
contestadas y debemos, como docentes, estar seguros que los alumnos las han
comprendido y, lo que es más importante, si las han integrado conscientemente
como propias.[16]
El principal
problema de estas estrategias de enseñanza-aprendizaje radica en la novedad y
su nivel de complejidad; por otro lado, al demandárseles la elaboración de
propuestas propias, ya sea en un resumen, en la selección de información (citas
de la información presentada por un autor, una tabla, una gráfica, etc.), una conclusión
(síntesis), una opinión (personal) o lo más complejo, el diseño, planeación y
ejecución de una investigación, se pone a prueba y se ejercita su capacidad de
comprensión y elaboración, y sus habilidades para acceder a estos materiales,[17] que
deberán dominar al ingresar a la licenciatura.
Por esto, uno de
los procesos importantes en la formación de los alumnos radica en poder acceder
y superar las dificultades que los materiales representan para ellos, como
fuente de aprendizaje y, para el docente, un gran reto como instrumento de
enseñanza.
Estas experiencias
así socializadas, que permiten que los alumnos obtengan ayuda y la proporcionen
al mismo tiempo con sus compañeros, les permite ampliar su zona de desarrollo
próximo, en una actividad de construcción social del conocimiento, como fue
planteado por Lev Vygotsky.
El reproductor iPOD
Es un reproductor de audio, video e imágenes
digitales. Tiene una pantalla a color y puede utilizar para el almacenamiento
de la información disco duro o memoria flash. Fue originalmente concebido por Tony
Fadell, al margen de la compañía Apple,
y salió a la venta en 2001, solamente para las computadoras Apple
Macintosh (Mac). En 2002 la segunda generación fue introducida en
dos variedades: una para los usuarios de Mac, y otra para usuarios de Windows.[18] En
2003, Apple introdujo la tercera generación del iPOD, que instalaba el software
iTunes[19]
en Windows, al igual que en Mac OS; actualmente, este software puede ser
descargado directamente desde la página web de Apple.[20]
El iPOD reproduce archivos
del tipo: JPEG, MP3, MPG4, WAV, AAC/M4A,[21] AIFF[22] y
Apple Lossless (también conocido como Apple
Lossless Encoder, ALE, o Apple
Lossless Audio Codec, ALAC).[23] Esta
nueva tecnología de reproducción representa un gran avance y se compara al
éxito que marcó la japonesa Sony con su Walkman.
Las generaciones 5 y 6 del iPOD son capaces de
reproducir videos en formato MPG-4; aunado a lo anterior, la capacidad de
almacenamiento ha aumentado de manera vertiginosa en menos de siete años; así,
del iPOD de primera generación que contaba con 5 ó 10 GB, en la actualidad el
modelo Classic cuenta con 160 GB. Al
margen del iPOD Classic surgieron: el
Mini en 2004 (4GB); el Shuffle en 2005 (512MB a 1 GB); el Nano en 2006 (2, 4 y 8 GB) y el Touch en 2007 (8, 16 y 32 GB).[24]
iPod Classic |
6a Generación (2007): Almacenamiento en disco duro de 80 y 160 GB, con conexión
USB. Dimensiones: 10.3X6.2X1.05 cm. y 142 y 162 gr. de peso. Puede contener
hasta 40,000 canciones y 200 horas de video. La batería tiene una autonomía
de 30 horas de audio y 5 de video en el modelo de 80GB y de 40 horas de audio
y 7 de video en el de 160GB. |
iPod nano |
3a Generación (2007): Almacenamiento de 4 y 8 GB (utiliza memoria flash en
lugar de un disco duro); conexión USB. Dimensiones: 7X5.25X0.65 cm. Capacidad
de reproducción de video. Batería con 24 horas de autonomía en audio, o 5 de
vídeo. |
Su utilización en el aula
Con un accesorio, el Cable AV, es posible reproducir
en un monitor de TV o en un proyector digital (Cañón), los videos y gráficos
almacenados en el iPOD.
Para la reproducción de organizadores previos,
elaborados como presentaciones electrónicas elaboradas en el software Power
Point[25]
y/o de clips de video,[26]
encontramos que la utilización de computadoras portátiles es un recurso
excesivo y caro; por ello sugerimos integrar en la tecnología de apoyo a los
cursos el uso del iPOD que, relativamente, resulta más económico para las
instituciones educativas, así como para los mismos maestros que han incorporado
las tecnologías de la información y la comunicación, TIC, en sus aulas.
Como conclusión: una
propuesta de uso del iPOD en el aula
En el CCH actualmente contamos en los planteles con un
limitado número de aulas que han sido equipadas con pizarrones electrónicos,
que utilizan un software específico para su operación, ActivEstudio, conectados a una computadora portátil; los esfuerzos
institucionales se han encaminado a elaborar software educativo de apoyo a este
hardware y software que, con algunas excepciones está disponible únicamente
para los docentes del área Histórico Social y que demanda de los docentes
incorporar en sus saberes las
particularidades específicas de este equipamiento, para poder integrar
actividades de enseñanza-aprendizaje y su evaluación que, dicho sea de paso, se
orienta, fundamentalmente, a la valoración de conocimientos declarativos, en la
forma de cuestionarios y otros recursos evaluativos, como los llamados Hot Potatoes.
Por otra parte, diversos profesores han invertido en
la adquisición de hardware y software propio, para el apoyo de sus cursos;
gastando en ello recursos económicos significativos y, aunado a lo anterior,
invierten esfuerzos físicos en portar el equipo de cómputo de aula en aula[27]
y en hacer las conexiones pertinentes, para poder reproducir sus materiales de
enseñanza-aprendizaje digitales.
Nuestra propuesta radica en reducir la inversión
económica y de esfuerzo físico de los docentes, al contar con un reproductor
que cumple totalmente con las expectativas de la computadora personal al usar
el iPOD en sus cursos para estos fines que, adicionalmente, permite que al
socializar la experiencia en el aula, se amplifique a los propios alumnos su
utilización fuera de ella, ya que los estudiantes usan actualmente este tipo de
reproductores, o equipos similares, únicamente para actividades de recreación.
Referencias[28]
§
Buzan Tony (1993), The Mind Map Book, Penguin Group/Dutton
§
Coll Cesar y Elena Martín (1993), “La
Evaluación del Aprendizaje en el curriculum escolar: una perspectiva
constructivista”, en: Coll Cesar, Elena Martín, T. Maurí, M. Miras, J. Onrubia,
I. Solé y A. Zabala, El Constructivismo
en el Aula, Barcelona, Graó de
Serveis Pedagogics, pp. 163-183
§
Coll Cesar e Isabel Sole (1990), “La Interacción Profesor/Alumno
en el Proceso de Enseñanza y
Aprendizaje”, en: Coll Cesar, J.
Palacios y A. Marchesi (Compiladores),
Desarrollo Psicológico y Educación, II. Psicología de la Educación, Madrid,
Alianza Psicológica, Capítulo 22., pp. 315-334
§
Coll Cesar y Mariana Miras, “La Representación Mutua
Profesor/Alumno y sus Repercusiones sobre la Enseñanza y el Aprendizaje”, en:
Coll Cesar, J. Palacios y A. Marchesi (Compiladores), Op. Cit., pp. 297-313
§
Díaz
Barriga Arceo Frida y Gerardo Hernández Rojas (1997), "Estrategias de
Enseñanza para la Promoción de Aprendizajes Significativos", en: Estrategias Docentes para un Aprendizaje
Significativo. Una Interpretación Constructivista, México, McGraw-Hill
§
Lanzing, Jan W.A. (1997), The Concept Mapping Homepage, http://users.edte.utwente.nl/lanzing/cm_home.htm
§
Novak
Joseph D. (1982), "El Papel Fundamental de la Teoría del Aprendizaje en
una Teoría de la Instrucción", en: Del Barrio C. y C. González, Teoría y Práctica de la Educación,
Madrid, Alianza
§
Novak
Joseph D. y Gowin D.B. (1988), Aprendiendo
a Aprender, Barcelona, Martínez Roca
§
Ontoria
Peña Antonio, Ana Molina Rubio y Angela de Luque Sánchez (1996), Los Mapas Conceptuales en el Aula,
Buenos Aires, Editorial Magisterio del Río de la Plata
§
Ovejero A. (1990), “Métodos de Aprendizaje
Cooperativo”, en: El Aprendizaje Cooperativo, Capítulo 6, Barcelona, Promociones y Publicaciones
Universitarias, pp. 153-183
§
Ríos
Jaume (2000), "Conocimiento del Medio Social y Cultural", en: Zabala
Antoni (Coordinador), Cómo Trabajar los
Contenidos Procedimentales en el Aula, Barcelona, Editorial Graó de Irif
S.L.
§
Stenhouse L. (1984), “Enseñanza”, en: Investigación y Desarrollo del Curriculum., Madrid,
Morata, pp. 53-72
§
Universidad de Vigo (2007),
“Lingüística funcional”, en: Área de
Lingüística Xeral,
http://webs.uvigo.es/h06/weba575/lcaII-fi/temas/Lca-funcional.ppt#278,1,LINGÜÍSTICA
FUNCIONAL
[1] Novak Joseph D.
(1982), pp. 62-89
[2] Lenguaje como representación del mundo real o
imaginado.
[3] Op. Cit., p. 69-70
[4] Novak Joseph D.,
Op. Cit., p. 77
[5] Las asignaturas obligatorias se cursan durante los primeros dos años del
bachillerato en forma semestral, dentro de la Formación Básica, y se integran en el CCH con aproximadamente 30
sesiones cada una de ellas, con una duración de dos horas por cada sesión de
clase.
[6] De acuerdo a los Programas Institucionales de los cursos, cada uno se
integra con cuatro o cinco grandes temas o unidades, que se constituyen a su
vez con un discreto número de subapartados o subtemas, para los que podemos
asignar un número específico de sesiones de clase de dos horas de duración cada
una, en un Programa Operativo.
[7] Se integran al interior del grupo académico (integrado
por 45 alumnos), con cinco o siete alumnos, que trabajaran como equipos cooperativos
para mantener un estándar de desempeño que permite a los más avanzados apoyar a
los más rezagados y, eventualmente, integrar conclusiones, de un tema o tópico,
con la colaboración de los diversos equipos.
[8] Lenguaje como mensaje que diferencia un texto de una
serie arbitraria de palabras y oraciones.
[9] Lenguaje como acción, en la interacción del hablante
con el oyente.
[10] Los alumnos hacen uso inconsciente de ella, cuando
frente a un tópico lo asimilan y después lo expresan con palabras distintas,
tratando de no omitir nada de lo esencial en lo estudiado.
[11] Coll
Cesar y Elena Martín (1993), pp. 163-183
[12] Ofrece una alternativa para conocer si los alumnos son
capaces de transitar del estadio de las operaciones concretas del pensamiento,
al de las formales; en un sentido epistemológico genético.
[13] Ovejero
A. (1990), pp. 153-183
[14] Coll Cesar e Isabel Sole (1990), pp. 315-334
[15] Coll Cesar y
Mariana Miras (1990), pp. 297-313
[16] Stenhouse L. (1984), pp. 53-72
[17] Ontoria
Peña Antonio, Pedro R. Gómez Juan y Ana Molina Rubio (1999), pp. 49-64
[18] La única diferencia entre los dos paquetes fue la
inclusión del programa para organizar la música en el iPOD. Para Mac fue
incluido el programa iTunes y, para
Windows, el programa Musicmatch Jukebox.
Los iPOD sólo funcionaban con ambos sistemas.
[19] El cuál
sincroniza, pone en línea dos dispositivos, de manera automática, para
compartir la música, videos e imágenes almacenados en la biblioteca del usuario
del iPOD en su PC, cada vez que se encienda su computadora.
[20] http://www.apple.com/es/itunes/download/
[21] Advanced
Audio Coding; sucesor
[22] Audio Interchange File Format,
utilizado en los sistemas de
computadoras Apple Macintosh para comprimir información multimedia de audio,
video y gráficos.
[23] Formatos de audio digital comprimido sin pérdida, que
proporciona una reproducción con un sonido máximo mayor al de un reproductor de
MP3 normal, y con un sonido de calidad similar o incluso idéntica al de un
disco compacto.
[24] Cuenta con correo electrónico, permite visualizar páginas
HTML y abre documentos PDF, Word y Excel.
[25] Programa de computación para elaborar presentaciones mediante
la combinación de textos con distintos diseños de fuente, imágenes, efectos de
animación, plantillas y sonidos, que fue desarrollado para los sistemas
operativos Microsoft Windows y Mac OS de estas computadoras. Este tipo de
presentaciones suele ser mucho más práctico y llamativo que los trabajos
elaborados con Microsoft Word y pueden reproducirse en el iPOD con sus
diapositivas guardadas como archivos de gráficos JPEG, o la integración de las
mismas como un clip de Video en formato MPG4.
[26] Que pueden integrarse
utilizando diversos software, como el Ulead
o Studio9.
[27] Al
respecto, es necesario aclarar que el Colegio de Ciencias y Humanidades de la
UNAM, ofrece bachillerato universitario a más de 60 mil adolescentes en cinco
planteles, cada uno de ellos con una matrícula de 12 mil estudiantes en dos
turnos, en instalaciones que cubren más de cinco hectáreas; siendo el tamaño
promedio de una Universidad Autónoma Estatal mexicana.
[28] Todas las referencias en línea fueron
consultadas en febrero de 2008.