LOS LENGUAJES DE LA CULTURA
CONTEMPORÁNEA NUEVOS ESTILOS DE INTERACCION
Mar del Plata
,Septiembre, 2000
Cada día son más los cambios
tecnológicos que afectan los procesos comunicacionales
y producen nuevas formas de interacción
que requieren de una indagación desde miradas interdisciplinarias.
Las nuevas tecnologías de la información
introducen su propio orden simbólico, ya que estos medios, en tanto
instrumentos culturales, registran, representan ,trasladan
signos y lenguajes preexistentes .
El camino de la digitalización de la palabra
inaugura una lógica diferente. La mediación del instrumento electrónico exalta
la independencia del mensaje.
En los orígenes de la humanidad, las
comunicaciones estuvieron ligadas al soporte de la mirada ,
la voz o el movimiento, la gestualidad .
La oralidad instalaba un espacio y un tiempo fijo en el que
quedaban implicados tanto emisores como receptores. En ese lugar histórico es
difícil concebir un sujeto capaz de tomar conciencia de los procesos y
estructuras del lenguaje que está usando en la inmediatez de la oralidad.
Posteriormente, la escritura instaló la mediación distanciadora , y posibilitó
la reflexión acerca del lenguaje verbal. Las palabras quedaban fijas, sujetas
en un texto. Se instauró un orden témporo espacial
lineal, separándose emisor de receptor y a su vez a ambos del mensaje.
Con la aparición de la escritura ya no hay un
único tiempo y espacio Los textos
escritos, las notaciones, posibilitan las referencias hacia otros espacios y
tiempos.
El carácter mediador de la escritura provocó
un notable avance en términos comunicativos y un deslizamiento entre el
lenguaje verbal-oralidad- y el lenguaje oral
escriturado.
Los textos ganaron espacio social en tanto
instrumento de poder y de control. Instrumento de privilegio, en un principio,
destinado sólo a un núcleo de eruditos y expandido luego hacia otros sectores
sociales, gracias a la imprenta y a la alfabetización masiva.
La institución educativa convirtió al mundo
social en un tejido textual. La escuela, como institución de la modernidad,
“escolarizó la sociedad”(Garay, 1996) instalando en
ella la lógica del texto escrito, la “sujeción textual”.
Con la aparición del texto escrito la humanidad empezó a existir, a
representar su existencia, mediante los libros...
El lenguaje oral retrocedió ante el poder de
la escritura. Este cambio tecnológico produjo un cambio cultural, impactando en
los sujetos y en su forma de percibir y construir el mundo real.
“La profecía teórica de la
centralidad de lo escrito se autocumplía en la
materialidad social e histórica. El tejido textual y libresco estaba
construyendo la comunicación a
su medida..(Perez Tornero,1994 a).
Con la mediación del texto impreso se
alteraron las condiciones de la memoria, el acceso al tiempo y a la distancia..La escritura, a través del dispositivo institucional
escuela, instala y difunde la “era de los textos” y el entorno de sus rituales.
Ya avanzada la modernidad comienzan a
adquirir relevancia nuevos instrumentos de mediación a través de las imágenes y de lo audiovisual.
Aparecen con nuevo relieve registros icónicos y plásticos del lenguaje que las
notaciones alfabéticas habían deslucido.
Por el impacto del poder de la imagen, lo
textual comienza a perder centralidad. La
esfera pública se halla hoy plena de mediaciones icónicas, gestuales, visuales,
espaciales. ( Debray,1994)
Los procesos de control y de clasificación
de la información son cada vez más verbales e icónicos. Con la aparición de las
computadoras y del entorno digital, hasta los datos personales
empiezan a ser registrados y reconocidos de modo audiovisual. Los
registros de fenómenos históricos apelan a las imágenes. La televisión se erige
en la más potente narradora de historias
en la actualidad ( Pérez Tornero, 1994b), el
teléfono sustituye la escritura y cada
día más nos acercamos hacia la comunicación electrónica audiovisual.
No solamente se modifica el soporte escrito
que, desde el “antiguo” papel se reduce hasta un mínimo CD o un minúsculo
microchip. La posibilidad de incorporar imagen, sonido y texto, y de trabajar
sobre ellos conformando circuitos intertextuales abre
un campo inexplorado para la creación estética, la recreación y el uso de la información. La digitalización de la palabra
inaugura un cambio cultural porque abre nuevas posibilidades de codificación y
manipulación de los lenguajes (Negroponte,1994)
Es oportuno citar a un conocido teórico
posmoderno Marshall McLuhan , quien sostenía que
el efecto de la televisión y de la tecnología de la computadora borraría las
diferencias de tiempo - espacio y anunciaría una nueva era audiovisual. Así
afirmaba: “nuestro mundo tiene el sello de la “omnisimultaneidad”.
El “tiempo” ha cesado y el “espacio” se ha desvanecido. Ahora vivimos en una
aldea global.( Ferguson,
1989a).
La digitalización de la imagen está
propiciando la consolidación de una escritura que juegue las mismas funciones
que la escritura alfabética jugó en su día, respecto del lenguaje oral. Estos
lenguajes están estableciendo una nueva racionalidad lingüística. La
digitalización está produciendo un quiebre en el continuum
de la representación, potenciando la mediación de imágenes icónicas así como lo
hizo la escritura con la mediación del texto impreso. Una nueva competencia
comunicativa revisa a la del texto escrito.
Esta nueva “ escritura icónica” está dando paso a una nueva
forma de abstracción (Levy, 1991) con lo cual, el
énfasis puesto en la importancia de la escritura con respecto al
desarrollo de la abstracción, va perdiendo
exclusividad. Las imágenes permiten la abstracción mediante la
esquematización, reducción y simplificación de los objetos representados. Los
esquemas adquieren la capacidad de constituirse en categorías conceptuales,
instalándose como procedimientos de abstracción
codificados, asimilándose al uso de un sinfín de sujetos. Se constituyen
en un lenguaje cada vez más accesible y
manipulable.
Los nuevos medios alientan un mundo
mediático ilimitado y es razonable suponer entonces que el resultado de todo esto sea una variedad de
sentidos “ de elasticidad temporal y de indeterminación
local” (Ferguson, 1989b). El ejemplo de la televisión que se instala en el hogar y
acerca noticias de otros lugares, de
otras personas no locales y de sus experiencias que son sentidas
simultáneamente en el living de la casa, o del teléfono que permite la
interacción con personas no locales y
resulta más veloz y hasta menos complicado que el acceso a las personas físicas . De tal modo, los vínculos de intimidad se
mantienen y las personas se liberan de la localidad espacial.
Hoy, en esta cultura audiovisual se
incorpora un vocablo particular: el
ciberespacio, cuya dimensión afecta las maneras de interactuar. Los “hipermedios” expandidos en redes difunden una nueva forma
de cultura y ella queda plasmada incluso en la comunicación personal.
Textos e hipermedios
señalan dos hitos culturales que aluden a competencias diferentes. Para
comprender estos nuevos códigos es
preciso integrar las aportaciones de la teoría de la comunicación, la
semiología, el análisis del discurso, la sociología del lenguaje, la etnometodología, etc. En definitiva, un estudio
interdisciplinar.
Las conversaciones en la Red
Entre las
posibilidades diversas que ofrece Internet, existe una variedad de programas
que permiten a los usuarios otras formas de vinculación en el ciberespacio, por
ejemplo, la de poder “chatear”, término adaptado proveniente del inglés to chat, para definir la acción
de conversar, charlar a través de la Red. Algunos de esos programas mediante un
número de identificación permiten la conexión con otros
personas a través de una búsqueda orientada según edad, sexo, lengua, gustos o
intereses.
La
imposición de un soporte electrónico
visual que obliga a los usuarios al empleo de un código escrito contradice en
una primera aproximación de análisis, el significado del término charlar
como “acción de hablar familiarmente unas personas con otras”. Sin embargo, las
formas coloquiales se trasladan a la pantalla de la computadora afectando
algunas normas básicas de la lengua escrita, lo cual ha dado pie a un debate en
torno de la defensa de la lengua española invadida por estos usos.
Así se ven algunos cambios que transgreden muchas convenciones del lenguaje escrito como
pequeños íconos usados para representar diferentes estados de ánimo como alegría : - ) o
tristeza : -( o describir situaciones y personas. Además, se advierte
que en este tipo de comunicación no se corrigen la ortografía, los errores de
tipiado; tampoco se tiene en cuenta la sintaxis ni la estructura de los textos.
Por otra parte, los signos de interrogación y de exclamación
aparecen usados solo al final de las frases y multiplicados para lograr mayor énfasis. También, con el propósito de enfatizar se
repiten algunas vocales y/o consonantes alargando la palabra de acuerdo con la
necesidad.
Si analizamos algunos de estos intercambios
comunicativos nacidos de las nuevas tecnologías, podemos compararlos con los estudios realizados por
lingüistas, sociólogos y etnometodólogos acerca de
la conversación como conducta vigente en
nuestra vida cotidiana. Encontrar las partes sistemáticas de este acto fue
iniciativa del sociólogo Harvey Sacks,
quien se propuso lograr un modelo que sirviera para cualquier tipo de
conversación en cualquier situación.
En un listado de catorce puntos, Beatriz
Lavandera especifica los hechos que ocurren en la conversación y que contemplan: los cambios de
hablantes; las ocasiones de ingreso y las transiciones entre un hablante y
otro; los turnos: variedad, extensión y distribución, como así también técnicas
de ubicación de los mismos. Con la apariencia de un acto libre
, surgen del desarrollo teórico reglas “que permiten la variación del
tema, del tiempo, del orden”(Lavandera, 1985a).
Si consideramos el caso de la conversación
en la Red, algunos de los hechos arriba mencionados, se cumplirían de ese modo:
El número de participantes
es variado; al ingresar a Internet, el programa detecta automáticamente la
conexión y anuncia la presencia de un usuario a la comunidad de internautas para comenzar la charla.
El intercambio entre el
grupo ocurre en tiempo real. Se dan también superposiciones entre los
participantes quienes pueden enviar varios mensajes sin esperar la respuesta
del otro.
En ciertas oportunidades
existen mecanismos de “reparación y autorreparación”
(Lavandera, 1985b) no solo cuando un participante necesita corregir el uso de
palabras impropias sino también, el
destino de algún mensaje enviado erróneamente.
La necesaria interacción operador -
máquina que impone el lenguaje informático, exige cierto grado de entrenamiento
y concentración . La pantalla es el soporte donde se
entrecruzan diferentes lenguajes: el de las palabras, el de la imagen y el de
las aplicaciones técnicas.
Por lo tanto, existen niveles donde alternan comunicaciones que se
dan en la pantalla, y de la pantalla con
la realidad exterior. El participante es por un lado, enunciatario del enunciador máquina que con enunciados lingüísticos y
visuales dirige la puesta en marcha de la computadora y el ingreso al programa.
Por otro lado, es un interlocutor más que participa en el intercambio
comunicativo.
Podemos agregar al análisis de la
conversación las técnicas de ubicación
de turnos entre los participantes las que
estarían dadas por la utilización de palabras propias de la jerga
informática; las teclas “Enviar” y “Responder” al ser pulsadas darán lugar al
turno del próximo hablante quien deberá repetir la misma operación de réplica y
envío cada vez que sea elegido.
Las técnicas de “elige al próximo”, y
de “auto elección del próximo hablante”
en los “lugares de relevancia transicional”
(Lavandera, 1985c) repiten su uso
como en la conversación cara a cara. Estos mecanismos se plantean a través de
interrogantes para demandar opiniones, requerir respuestas, etc.,en el primer caso o para iniciar el diálogo y seguir con el
uso del turno, en el segundo caso.
La
simulación
Otro aspecto a considerar en el análisis de
este fenómeno comunicativo es el de la
simulación, entendiendo por simular: imitar, representar ,
reproducir; también fingir, mentir, engañar.
Entendemos que los diversos modos de hacer
referencia a la noción de simulación pasan a través de una división en dos
categorías “que no son tanto para-éticas ( no implican
un juicio de valor) como más bien exquisita y tradicionalmente lingüísticas
y/o semióticas: la del
significante-expresión y la del significado-contenido.”(Bettetini,
1989ª). La primera “atañe a cualquier tipo de semiosis
y es especialmente emergente en el ámbito del iconismo
y de los problemas conexionados con él”; la segunda tiene que ver con algunas semiosis en lo concerniente a la intencionalidad falsificante ,
pero no siempre conlleva un juicio éticamente negativo. (Bettetini,
1989b).
Si bien es cierto que cualquier
interacción comunicativa recurre de diferentes modos a la simulación, los
intercambios comunicativos en la Red permiten particularmente, la conexión con personas desconocidas entre
sí, situación aprovechada con diversas intenciones: conocer(se),
compartir, establecer algún tipo de
relación o entretener(se).Para ello recurren a diferentes tipos de estrategias.
Si a través de una cierta frase se promete
algo al destinatario del mensaje es necesario que la fuerza ilocutiva
del texto sea adecuada a la intención y que el sujeto enunciador efectúe en el texto “agudezas simulativas” de
una actitud creíblemente comprometida con la manifestación de una promesa
atendible. Así como en el discurso oral las agudezas corresponden a la
entonación de la voz o a la gestualidad, en el discurso escrito corresponden otros
tipos: la puntuación, las interjecciones, algunos grafemas especiales, los
deícticos... “Se trata en conjunto de agudezas que tienden a la construcción
textual de un enunciatario simbólico adecuado a las
intenciones del sujeto enunciador y por tanto,
también disponible respecto a la acción
que el mismo enunciador pretende cumplir comunicándole un cierto texto”. Es una
simulación diferente de la activa en el espacio significante e inspirada en
principios de convencimiento, de utilitarismo subjetivo .(Bettetini, 1989,b)
En el tipo de simulación activa aparece el
sujeto que finge ser otro, representa a otro
institucionalmente como lo haría el actor en su práctica escénica; no
institucionalmente, en el espacio normal de lo cotidiano. Asume características
de otro, imita su comportamiento, personalidad, se inviste de un papel que no
le corresponde. (Bettetini,
1989,c)
Internet ha contribuido a que las personas
sean capaces de multiplicarse en otras siempre en el marco de un intercambio
comunicativo donde las construcciones y reconstrucciones de la identidad caracterizan
la vida posmoderna.
Este mundo
contemporáneo cada vez más informatizado
y mediatizado se volverá más difícil de comprender para quienes buscan una separación entre
sujeto y objeto, entre naturaleza y cultura, entre realidad y representación,
entre verdad y ficción porque los límites serán cada vez menos creíbles.(Turkle,1997) .
BIBLIOGRAFIA
Bettetini, G. 1977. Producción significante y puesta en escena.
Barcelona, Gustavo Gili, S.A.
Debray, R 1994. Vida
y muerte de la imagen. Barcelona. Paidos
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realidad electrónica .
Edit Gedisa
Ferguson, M. 1989. “ Electronic media and the redefining of time and space”, Public
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Garay,Lucía y otros
,1996: Pensando las instituciones .Barcelona. Paidós
Landow,G 1995. Hipertexto La convergencia de la teoría
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Paidos.
Lavandera, B. 1985. Curso
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Levy ,P 1991 L·ideographie dynamique. París La Decouverte
Negroponte,
N. 1994 El mundo digital. Barcelona. Ediciones B
Perez
Tornero, J .M. 1994 El desafío educativo
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Barcelona. Paidós 2000 De la escritura a la hipermedia Quaderns Digitals .
Valencia
Turkle,S .1997
La vida en la pantalla. Barcelona. Piados Transiciones
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